Microcemento en suelos con capilaridad

¿Es posible aplicar microcemento en suelos con capilaridad ascendente?

Cuando hablamos de revestimientos decorativos modernos, el microcemento suele ser una de las primeras opciones que vienen a la mente. Su estética continua, su bajo espesor y su versatilidad lo han convertido en una solución muy popular tanto en reformas como en obra nueva. Pero no todo vale para cualquier tipo de soporte, y hay una pregunta que suele surgir entre aplicadores y propietarios: ¿puede aplicarse microcemento en suelos con capilaridad ascendente?

¿Qué es la capilaridad ascendente y por qué importa?

La capilaridad ascendente es un fenómeno que ocurre cuando la humedad del terreno asciende a través de los poros de los materiales de construcción —como el hormigón o los morteros tradicionales— hasta llegar a la superficie del suelo. Este tipo de humedad no solo afecta la estética del espacio (manchas, eflorescencias, desprendimientos), sino que puede comprometer la durabilidad de los acabados aplicados sobre ese soporte.

En otras palabras: si la base está húmeda de forma constante, cualquier revestimiento aplicado sobre ella corre el riesgo de despegarse, cuartearse o deteriorarse prematuramente. Y eso, claro, incluye al microcemento.

¿Entonces no se puede aplicar microcemento en estos casos?

Sí se puede aplicar, pero no directamente y no sin una preparación previa específica. Aquí es donde entra en juego el criterio técnico.

Aplicar microcemento sobre un soporte afectado por capilaridad sin tratarlo previamente es un error común que a medio plazo puede salir caro. El microcemento, aunque es un revestimiento resistente y flexible, no es impermeable por completo y no está diseñado para soportar una humedad ascendente constante desde el soporte.

¿Cuál sería la solución?

Para poder aplicar microcemento en un suelo con capilaridad ascendente, lo primero es controlar o cortar esa humedad. Hay varias formas de hacerlo, y la elección depende del grado de afectación del suelo y de las condiciones específicas del lugar:

  1. Barreras antihumedad: Se pueden instalar barreras físicas o químicas que impidan la ascensión de la humedad. En algunos casos se inyectan resinas hidrófugas o se utilizan sistemas de corte mecánico.

  2. Sistemas epoxi o imprimaciones específicas: En suelos menos afectados, pueden utilizarse imprimaciones epoxi impermeables, combinadas con áridos, para generar una barrera efectiva sobre la que sí se pueda aplicar microcemento.

  3. Rehabilitación del soporte: Si el problema es grave, puede ser necesario levantar el pavimento y rehabilitar el forjado con sistemas drenantes o morteros específicos.

La importancia de un diagnóstico profesional

No hay dos suelos iguales. Por eso, antes de decidir aplicar microcemento en un suelo con problemas de humedad, lo ideal es contar con un diagnóstico profesional que evalúe el grado de capilaridad, el estado del soporte y las posibles soluciones. En muchos casos, aplicar microcemento es perfectamente viable, pero solo si se respetan los pasos previos y se utilizan productos adaptados.

En resumen

El microcemento puede ser un aliado incluso en situaciones complicadas, pero no es un “producto milagro”. Cuando hay humedad por capilaridad, el éxito del sistema dependerá de cómo se haya tratado previamente el soporte. Con una preparación adecuada, no solo se consigue una buena adherencia, sino que se garantiza la durabilidad del acabado a lo largo del tiempo.

Conclusión

En Microcementos Barcelona, aplicamos microcemento en suelos con capilaridad ascendente previo tratamiento, mediante barreras de vapor y otras aplicaciones técnicas con las que garantizar una aplicación duradera y óptima.